La domestication y las primeras utilizacionas del perro (parte 2/5)
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Bernard DENIS, Francia
Profesor Honorario de la Escuela Nacional de Veterinaria, Nantes
Ex-Miembro de la Comisión Científica del FCI
¿Dónde se empezó a domesticar al perro?
Con diferencias según las especies, en el pasado hubo modos relativos al número
de centros de domesticación. Las interpretaciones se basan en dos corrientes generales:
el multicentrismo (domesticación repetida, paralelamente o en periodos diferentes,
en diversas regiones del globo), o el monocentrismo (un solo centro de domesticación,
por ejemplo en Oriente Próximo, a partir del cual se difunde la especie doméstica).
Aunque el monocentrismo sea probable para ciertas especies (asno, pavo, etc.), el
perro es la especie tipo candidata al multicentrismo, porque es evidente que a partir
de una cierta fase de su evolución, los cazadores-recolectores intentaron domesticar
lobos que ocupaban el mismo territorio que ellos, incluso utilizándolos como alimento.
En 2002, investigaciones en genética molecular llegaban a la conclusión inversa:
la domesticación habría tenido su origen en el lejano oriente, desde donde se habrían
difundido todos los perros.9 Esta tesis ha suscitado no pocas reacciones
entre los arqueólogos que, a la espera de nuevos datos, se atienen a su concepción
multicentrista clásica. Las pruebas más antiguas de perros conocidas actualmente
se encuentran esencialmente en Oriente Medio y Próximo Oriente, así como en Europa
– principalmente en Francia, Alemania y España-, pero también en Asia e incluso
en América del Norte. Parecen muy dispersas, lo que apenas es compatible con una
difusión precoz a partir de un solo centro de domesticación. La domesticación del
perro se efectuó probablemente en muchos lugares del mundo y de forma mayormente
independiente.
Grabado prehistórico del sur de Orán, GouiretbentSaloul, Argelia
No obstante preocupados con los datos aportados por la genética molecular, los arqueólogos
afirman que la migración de perros hacia el Oeste a partir de un hipotético único
centro de domesticación en el lejano oriente habría sido en realidad de lobos asiáticos
(las migraciones de lobos se conocen bien) que se habrían cruzado con lobos occidentales,
de ahí los problemas ulteriores de interpretación genética.10 De todas
formas, otros estudios genéticos más recientes sugieren que varias poblaciones de
lobos habrían contribuido a la formación del perro actual, reforzando la tesis clásica
del multicentrismo.11
Si partimos del hecho de que las ideas no han terminado de evolucionar con los trabajos
de genética molecular, podríamos referirnos a un artículo publicado en 2010 que
considera que el centro principal de domesticación del perro es medio-oriental,
y no asiático. A él se añadirían probablemente centros secundarios de domesticación,
particularmente en China y en Europa.12
¿Por qué domesticamos al perro?
Tradicionalmente, se ha admitido que el hombre domesticó a los animales con fines
de utilidad. Aunque sea cierto que una especie no útil o que no presente superioridad
respecto a una especie ya domesticada tenga pocas posibilidades de convertirse en
doméstica, la idea de que la domesticación obedezca en un principio sólo a razones
estrictamente utilitarias tampoco es muy convincente. Las ideas alternativas son
principalmente las siguientes:
- como todas las civilizaciones utilizaron animales domésticos en un contexto religioso
(por ejemplo divinizándolos u ofreciéndolos en sacrificio), algunos creen que “el
hombre primitivo habría alimentado en un principio a su tótem, pero paulatinamente
la inspiración le habría llevado a convertir dicho tótem en un elemento utilitario
en su sentido doméstico”13;
- otros creen que la domesticación llegó a serlo más o menos por sí sola, sin que
el hombre se diera cuenta de cómo se iban reforzando los lazos sociales entre él
y el animal;
- la tesis más reciente es que la domesticación respondería primero a una lógica de
seducción y de poder sobre el animal, antes de ser puesta al servicio del hombre.14
Sea lo que fuere, es imposible separar en el tiempo una fase de domesticación que
habría respondido a causas específicas y la fase siguiente de utilización de los
animales: en un periodo largo ambas fases convivirían, habida cuenta de que el potencial
utilitario de los animales se llegaría a conocer con rapidez, sin duda.
¿Qué ocurrió entonces con el perro? Prevalece la idea de que éste fue al principio
un preciado auxiliar del hombre para la caza, pero, además de que esto no está bien
confirmado por las prácticas actuales de las sociedades de cazadores-recolectores
(ver más abajo), podría tratarse precisamente más de un modo de utilización muy
precoz que de razones de domesticación en sí misma. Las tres ideas alternativas
citadas anteriormente pueden aplicarse perfectamente al perro, siendo tal vez la
primera la más relevante. En efecto, los vestigios óseos caninos más antiguos, que
no revelan ningún rastro de consumo – la cinofagia es mucho más tardía-, suelen
incluirse en un contexto ritual, apareciendo incluso dentro de sepulturas humanas.
La asociación del perro con las costumbres funerarias, precoces y universales, puede
aparecer como un testigo de las formas primarias del sentimiento religioso, de la
relación con lo sagrado y de la creencia en un más allá. La función ritual del perro
podría haber sido por tanto la primera forma de su utilización, constituyendo una
suerte de condición previa a sus otras “utilidades”, que se revelaron numerosas
y diversas.15
9 : SAVOLAINEN, P. et al., « Genetic ev- idence for an East Asian origin
of do- mestic dogs », Science, 2002, 298, 1610-1613.
10 : VIGNE, J.D., op. cit. (ver nota 4).
11 : VILA, C. et al., « Genes of domestic mammals augmented by backcross-
ing with wild ancestors », Trends Genet., 2005, 21(4), 214-218.
12 : Von HOLDT, B.M. y al. (36 autores), “Genome-wide SNP and haplotype
analyses reveal a rich history underlying dog domestication”; Nature, publicado
on line el 17 de marzo de 2010 (www.nature.com/nature).
13 : La expresiónes de LEROI-GOURHAN (citadapor: DENIS, B., “La domestication:
un concept devenu pluriel”, INRA Prod. Anim., 2004, 17(3), 161-166.
14 : Cadauno a sumanera, SIGAUT y DIGARD, en Francia, desarrollaronestatesis:
SIGAUT, F., “Critique de la notion de domestication”, L’Homme, 1988, n°108, 59-71;
DIGARD, J.P., L’homme et les animaux domestiques. Anthropologie d’une passion,
Coll. “Le tempsdes sciences”, Fayard, París, 1990 (reeditado en 2009).
15 : LICARI, S., « Fonction rituelle du chien : première utilisation
? », Eth- nozootechnie, 2006, n° 78, 115-119.